Microsoft ha decidido romper con una tradición de más de 40 años: la mítica Blue Screen of Death (BSOD), que aparecía cuando Windows sufría un fallo crítico, está a punto de desaparecer tal y como la conocíamos. En su lugar, la compañía dará paso a la nueva Black Screen of Death, con un diseño más moderno y funcional.
Este cambio no es solo estético. Microsoft pretende que la pantalla de error proporcione ahora información más útil y detallada sobre los motivos del fallo, eliminando el conocido “frowny face” y añadiendo datos relevantes para identificar el origen del problema. Todo esto dentro del marco de la nueva iniciativa Windows Resiliency Initiative, centrada en crear una experiencia más robusta para el usuario.
Mejoras visuales y más información técnica
El nuevo diseño en negro busca reducir el impacto visual del error, pero también ofrecer detalles técnicos comprensibles. Aunque se mantiene el código de detención, ahora se mostrarán sugerencias claras para solucionarlo, algo que los usuarios llevaban años demandando.
Este cambio ya se encuentra en fase de pruebas y llegará próximamente a través de actualizaciones del sistema operativo Windows 11. Microsoft busca con ello mejorar la percepción del sistema operativo, mostrando un enfoque más profesional y menos dramático ante los fallos del sistema.
Se espera que la Black Screen of Death llegue en la segunda mitad de 2025 con una actualización general de Windows 11. Este cambio refuerza la idea de que Microsoft quiere hacer su sistema más amigable sin perder su esencia técnica.
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