El plan era ambicioso y, sobre el papel, casi imposible. China quería fabricar el 70% de los chips que consume antes de 2025. No lo ha conseguido. Sin embargo, el verdadero resultado de esta carrera no se mide en porcentajes, sino en consecuencias: el país ha aprendido a avanzar tecnológicamente incluso cuando se le cierran todas las puertas desde Occidente.  

El fracaso numérico que esconde una victoria estratégica

El objetivo de autosuficiencia fijado hace una década no se ha cumplido de forma literal. China sigue importando una parte relevante de los chips que utiliza.

Pero el bloqueo tecnológico impuesto por Estados Unidos ha tenido un efecto inesperado: ha forzado la creación de una industria paralela, menos eficiente en costes, pero funcional y cada vez más sofisticada.

Hoy, China no lidera todos los nodos… pero ya no se queda fuera del juego

Chips avanzados sin máquinas modernas

Durante años se asumió que sin acceso a la litografía EUV occidental, China estaba condenada al estancamiento. Esa premisa ha quedado obsoleta.

Fabricantes locales han logrado producir chips equivalentes a 5 nm utilizando maquinaria antigua mediante técnicas de ingeniería extrema. El proceso es caro y complejo, pero demuestra algo clave: el bloqueo no detuvo el progreso, solo lo encareció

La batalla real: inteligencia artificial

Si los móviles son imagen, la IA es poder.

Ante la imposibilidad de usar soluciones occidentales, China ha impulsado de forma agresiva alternativas propias, obligando incluso a los centros de datos a priorizar hardware nacional.

El resultado es un ecosistema que ya no depende de un único proveedor externo y que avanza en paralelo, aunque con menor eficiencia inicial. 

Memoria y sensores: el éxito silencioso

Donde China ha sorprendido de verdad es en áreas menos visibles pero igual de críticas.

En memoria y almacenamiento, empresas locales ya compiten directamente con gigantes históricos. En sensores fotográficos, la dependencia exterior se ha reducido hasta niveles mínimos, permitiendo controlar cada vez más eslabones de la cadena tecnológica. 

La litografía, la última frontera

El punto más débil sigue siendo la fabricación de las propias máquinas que crean chips.

Aun así, China ya ha logrado desarrollar prototipos funcionales capaces de generar luz ultravioleta extrema, un paso que adelanta años su calendario de independencia total.

No es una solución inmediata, pero sí una señal clara de hacia dónde se dirige el país. 

Un nuevo equilibrio tecnológico

China no ha ganado la carrera del 70%, pero ha logrado algo más duradero: resiliencia.

Ha demostrado que puede sobrevivir a un bloqueo tecnológico prolongado y seguir avanzando sin apoyo externo.

Para Estados Unidos y sus aliados, ese cambio es mucho más preocupante que cualquier cifra concreta.  

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FAQ

¿China logró fabricar el 70% de sus chips?

No, el objetivo no se cumplió.

¿Entonces por qué preocupa a EEUU?

Porque China ha reducido drásticamente su dependencia tecnológica.

¿Produce chips avanzados?

Sí, usando técnicas complejas con maquinaria antigua.

¿Dónde es más fuerte ahora?

IA, memoria, sensores y ecosistema propio.

¿Cuál es el punto débil restante?

La litografía avanzada, aunque ya hay avances significativos.