Todo parecía cerrado. La baliza V16 sustituía definitivamente a los triángulos de emergencia y el calendario estaba claro. Sin embargo, a menos de 15 días de que la norma entre en vigor, una frase pronunciada por Pere Navarro ha vuelto a encender el debate y, lo que es peor, a generar una inseguridad jurídica innecesaria para millones de conductores.
De mensaje claro a ambigüedad absoluta
Durante meses, la Dirección General de Tráfico había sido contundente:
los triángulos de emergencia quedaban obsoletos y la baliza V16 conectada pasaba a ser el único sistema válido.
Incluso el propio Pere Navarro llegó a afirmar que los triángulos “ya no serían válidos”, dando a entender que su uso desaparecería por completo con la llegada de 2026.
Ese mensaje se ha roto en una sola intervención.
“Si tú quieres bajar a poner el triángulo, allá tú”
En una reciente aparición televisiva, el director de la DGT dejó una frase que ha caído como una bomba:
la baliza V16 es obligatoria, sí, pero el triángulo no estaría prohibido, dejando la decisión “a tu juicio”.
El problema no es la frase en sí, sino lo que implica:
si es obligatorio un sistema y el otro no está prohibido, ¿qué ocurre si usas el método antiguo?
Seguridad jurídica: el gran ausente
La normativa no puede basarse en interpretaciones personales.
Decir “puedes hacerlo, pero asumiendo las consecuencias” sin especificar cuáles son esas consecuencias deja al conductor en una posición imposible.
¿Multa?
¿Responsabilidad en caso de accidente?
¿Sanción por incumplir una obligación aunque el otro método no esté prohibido?
A día de hoy, nadie lo explica con claridad.
El mensaje que no se quiere decir
Más allá del ruido, hay una conclusión práctica que sí parece clara:
lo único que protege al conductor frente a sanciones es no salir del vehículo y usar la baliza V16.
El triángulo queda relegado a un segundo plano, tolerado en teoría, pero con un riesgo legal difícil de medir. Y ese matiz, en seguridad vial, no es menor.
Una transición mal gestionada
Cambiar un elemento obligatorio en todos los vehículos del país exige algo básico: mensajes claros, coherentes y estables.
Lo ocurrido en los últimos días transmite justo lo contrario:
- dudas de última hora
- contradicciones públicas
- responsabilidad trasladada al ciudadano
Una combinación poco recomendable cuando hablamos de multas, accidentes y seguridad personal.
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FAQ
Sí, a partir del 1 de enero.
No explícitamente, pero quedan en segundo plano.
No está claro qué consecuencias puede haber.
No salir del coche y pedir ayuda a emergencias.
Por desconocimiento de su verdadero uso y mensajes contradictorios a pocos días del cambio normativo.
