El mercado del almacenamiento vuelve a tensarse en silencio. Tras meses de compras masivas por parte de los grandes centros de datos, el equilibrio entre oferta y demanda se ha inclinado de forma brusca, empujando a los SSD a un territorio más caro y difícil de prever. Los informes que llegan desde la cadena de suministro apuntan a un escenario que se agrava semana tras semana: la disponibilidad cae, los precios suben, y los principales fabricantes ya han dejado claro que no piensan acelerar la producción de memoria flash a corto plazo.

Un mercado desbordado por la demanda de IA

El impacto del auge de la inteligencia artificial ya no se limita a la RAM. El empuje de los gigantes del cloud ha desencadenado un efecto dominó que, primero, saturó el mercado de discos duros y, después, desvió la presión hacia los SSD. Con los HDD de gran capacidad prácticamente absorbidos, los operadores de centros de datos han pasado a comprar unidades de estado sólido a un ritmo que la industria no puede seguir.

Informes recientes señalan que la escasez afecta especialmente a los modelos de 8 a 30 TB, cuya disponibilidad ha caído en picado mientras los precios se han disparado entre un 25 % y un 40 %. Ni siquiera este incremento frena la demanda: los proveedores de servicios temen retrasos en proyectos multimillonarios si no aseguran stock suficiente, lo que ha alimentado un ciclo de acopio acelerado.

El problema no termina ahí. Tanto SK hynix como Samsung han decidido reorientar sus líneas de fabricación hacia DRAM más rentable, especialmente HBM, ahora imprescindible para GPUs de IA. Ese movimiento deja a la memoria NAND en un segundo plano, justo cuando más falta hace.

Una industria que no quiere repetir errores

Por si fuera poco, la situación no invita al optimismo. Las empresas arrastran las secuelas de un largo periodo de sobreproducción que dañó márgenes y balances. Con los precios finalmente al alza, los fabricantes ven una oportunidad de recuperar terreno perdido… y no tienen intención de acelerar el suministro antes de tiempo.

Incluso si quisieran, los analistas apuntan que habilitar nuevas capacidades tardaría entre 18 y 24 meses, un plazo incompatible con la urgencia del mercado actual. La consecuencia es clara: la era de los SSD asequibles, tanto para servidores como para consumidores, parece haberse cerrado.

En cambio, se abre una fase marcada por la volatilidad, donde cada trimestre puede traer un nuevo giro y donde los usuarios domésticos deberán prepararse para convivir con precios poco amigables durante buena parte de 2025 y 2026.

El almacenamiento vuelve a ser un recurso estratégico, casi como en los viejos tiempos de la guerra del silicio. Y visto cómo va el mercado, más de uno empezará a mirar su SSD como si fuera un tesoro digno de Fallout: escaso, valioso… y cada vez más caro.

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FAQ — Preguntas frecuentes sobre la escasez de SSD

¿Por qué están subiendo tanto los precios de los SSD?

Por la demanda récord de centros de datos, que compran unidades masivas para proyectos de IA.

¿Qué capacidades son las más afectadas?

Los SSD de 8 a 30 TB son los que más han subido, con incrementos del 25–40 %.

¿Los fabricantes van a aumentar la producción?

No a corto plazo. SK hynix y Samsung priorizan DRAM y HBM, más rentables.

¿Cuánto tardaría la industria en ampliar la capacidad NAND?

Aproximadamente entre 18 y 24 meses para abrir nuevas líneas.

¿Subirán también los SSD domésticos?

Sí, la tendencia ya afecta al retail, no solo al segmento de servidores.