Durante años, cambiar Windows por Linux era una mezcla de acto rebelde y salto al vacío. El muro no solo estaba en la compatibilidad, sino en la sensación de que todo el ecosistema estaba diseñado para que no escaparas. Pero algo ha cambiado. La presión por la privacidad, el avance de Proton y la madurez de distribuciones centradas en el gaming han convertido el experimento en una opción real. Por eso, cuando un equipo técnico decidió someter a Linux a una serie de benchmarks con Bazzite, el objetivo no era demostrar fe, sino obtener datos que por fin hagan justicia al interés creciente por abandonar Windows.

Un banco de pruebas necesario para una transición inevitable
El informe parte de una realidad incómoda: Windows está más intrusivo que nunca, y la comunidad busca alternativas más sanas para jugar y trabajar. Linux ha dejado de ser terreno exclusivo de entusiastas, especialmente gracias a SteamOS y al impulso del Steam Deck, que han normalizado jugar mediante Proton sin drama. Los Benchmarks en Bazzite son cruciales para que el usuario apueste en esta adopción.
Aun así, el equipo responsable del análisis dejó claro que probar Linux no es tan simple como replicar sus procesos en Windows:
- Nada está completamente estandarizado.
- Los drivers se comportan de forma distinta.
- Incluso las herramientas que miden el rendimiento difieren entre plataformas.
Por eso optaron por Bazzite, una distribución inmutable pensada para jugar, estable, actualizable y con decisiones predefinidas que permiten comparar hardware sin “magia negra” entre pruebas. La elección no es trivial: las recomendaciones de los propios desarrolladores y de expertos como Wendell de Level1Techs apuntaban justamente hacia ese camino. Así, los Benchmarks realizados en Bazzite y otras distribuciones ayudan a los usuarios a decidir sobre el mejor hardware.
Una advertencia clave: no se deben comparar sus cifras con las de Windows, porque los métodos de captura, APIs y condiciones no son idénticos. El objetivo no era un duelo de sistemas operativos, sino entender qué GPU funciona mejor si tu PC usa Linux.
Nvidia, AMD e Intel bajo la lupa: Linux tiene favoritos
Poniendo a prueba una batería moderna de GPUs —RTX 5090, 5080, 5070 Ti, gama 50 y las RX 970/960 XT, además de las Intel Arc B580/B570— las conclusiones fueron claras:
H3 – Nvidia: potencia bruta… pero con tropiezos
Aunque las RTX 5090 y 5080 lideran en fuerza bruta, Linux expone debilidades inesperadas:
- En títulos como Black Myth: Wukong, la 5090 tiene pacing desastroso pese a un buen promedio.
- En Starfield, simplemente “se rompe”: rinde peor que una 9070 XT.
- Problemas de shader cache, cargas eternas y fallos al usar RT en varias combinaciones.
La sensación general: el hardware es increíble, los drivers no tanto.
AMD: la sorpresa positiva del estudio
La narrativa se repite a lo largo de las pruebas:
- Consistencia sobresaliente en frame pacing.
- Rendimiento más estable que Nvidia en varios juegos de nueva generación.
- Sorprendentemente competitivas frente a las RTX superiores en algunos escenarios.
La RX 970 XT llega incluso a superar en experiencia real a GPUs teóricamente más potentes.
Intel: la más afectada por la volatilidad
Las Arc muestran su potencial, pero la estabilidad sigue siendo un reto:
- Títulos que directamente no arrancan.
- RT limitado o inexistente.
- Inconsistencias según versión.
Su desempeño recuerda al estado de los drivers Intel Arc en Windows en su primer año: mucho margen de mejora, pero no imposible.
Los enemigos invisibles: actualizaciones, shaders y software auxiliar
Gran parte de los problemas no vienen del hardware, sino del ecosistema:
- Actualizaciones fuera de control que rompen versiones congeladas.
- Shader compilation que dura hasta 25 minutos en algunas GPU de Nvidia.
- Limitaciones de los ports nativos, a veces peores que la versión Windows bajo Proton.
- MangoHUD causando bloqueos, congelaciones y cierres inesperados.
Todo ello hace que los benchmarks en Linux requieran más disciplina y un control más rígido que en Windows, donde la plataforma es mucho más predecible.
Estos benchmarks realizados en Bazzite demuestran que Linux ya no es el “plan B” para gamers curiosos, sino un sistema viable donde AMD brilla, Nvidia tropieza y Intel lucha por mantenerse en pie. No es el final de Windows, pero sí el comienzo de un futuro donde elegir sistema operativo para jugar no es una sentencia.
Y si algo dejan claro estas métricas es que Linux empieza a parecerse menos al viejo terminal con fondo negro… y más al “side quest” definitivo para escapar del spyware final boss.
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FAQ sobre Bazzite
Bazzite, una distro inmutable optimizada para gaming y muy estable.
No. Las herramientas, APIs y métodos de captura hacen que los datos no sean equivalentes.
AMD destaca en consistencia y frame pacing; Nvidia domina en potencia bruta, pero con problemas.
En juegos concretos sí, pero sigue siendo la menos estable del grupo.
Sí. Entre Proton, Steam y distribuciones como Bazzite, la barrera de entrada es mucho menor que nunca.









