Hay un aire de cautela entre los seguidores de Samsung, y no es casualidad. Durante años, la distancia entre la experiencia de los modelos europeos y los americanos ha marcado la conversación, con los Exynos siempre un paso por detrás de Qualcomm.
Ese contraste amenaza con repetirse en la próxima generación, donde las primeras filtraciones apuntan a un panorama familiar: dos caminos distintos bajo un mismo Galaxy S26.
Un salto técnico que busca cambiar la narrativa
El Galaxy S26 llega en un momento delicado para Samsung: el mercado exige avances notables, y la sombra de generaciones anteriores sigue muy presente. La compañía quiere que el salto a los 2nm marque un antes y un después, apoyándose en un nodo más eficiente y en una cadena de producción que promete menos desperdicio y más estabilidad.
Según fuentes de la industria, Samsung planea dividir, una vez más, su estrategia de procesadores. Los S26 y S26+ llevarían en parte el nuevo Exynos 2600, mientras que los mercados donde se aboga por Qualcomm apostarían por el Snapdragon 8 Elite Gen 5, que seguiría siendo la referencia en potencia bruta. La situación recuerda a ciclos previos, pero con un matiz importante: Samsung afirma haber alcanzado un nivel de rendimiento sostenido más cercano al de Qualcomm, especialmente en tareas de IA y sostenibilidad térmica.
A nivel técnico, el nodo GAA de 2nm promete una eficiencia superior y un consumo más estable bajo cargas prolongadas. Aunque Samsung no ha revelado cifras concretas, analistas del mercado señalan que el fabricante confía en un aumento notable del rendimiento por vatio frente a los 3nm actuales. La marca también habría superado el umbral mínimo de producción viable para desplegar el chip a gran escala, lo que abre la puerta a una mayor presencia de Exynos en 2026.
Experiencia de usuario: la verdadera prueba de fuego
Por más atractivos que sean los números, el reto de Samsung pasa por lo que el usuario perciba en el día a día. La compañía asegura que el Galaxy S26 ofrecerá una respuesta más rápida en multitarea, cargas térmicas controladas y un modo de IA local más ambicioso que en generaciones anteriores.
Por si fuera poco, los informes internos apuntan a que el Exynos 2600 podría reducir los costes de fabricación entre 20 y 30 dólares por unidad, un margen que permitiría invertir más en cámaras o autonomía. En cambio, las primeras pruebas filtradas apuntan a que Qualcomm seguiría liderando en picos de potencia, especialmente en GPU.
Como detalle curioso, se rumorea que Samsung evaluó adoptar una arquitectura personalizada, pero finalmente se mantuvo en la rama estándar de ARM, priorizando estabilidad y tiempos de producción.
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FAQ del Galaxy S26
Una combinación entre el Exynos 2600 y el Snapdragon 8 Elite Gen 5 según el mercado.
Sí, promete un consumo más bajo y mejor estabilidad térmica respecto a los 3nm.
Compartirán base técnica, aunque se esperan variaciones en batería y cámaras.
Samsung apunta a una mejora de hasta una hora de uso real.
La presentación está prevista para principios de 2026, dentro del calendario habitual de la serie.



