Cada vez será más difícil juzgar un texto por sus comas y guiones. El CEO de OpenAI ha confirmado que, si le pides a ChatGPT que no utilice “em dashes”, ahora te hará caso. Antes, esa instrucción solía pasar de largo y el modelo seguía colándolos sin rubor. La novedad no solo toca un signo de puntuación: cuestiona uno de los “indicadores” más usados para señalar a la IA.
Un ajuste menor con efectos mayores
El cambio es simple: si el usuario indica en sus instrucciones personalizadas que no se usen “em dashes” (—), ChatGPT lo respetará. Hasta ahora, el modelo ignoraba con frecuencia esa directriz y seguía introduciendo la raya larga en medio de las frases. La confirmación pública llegó a través de Sam Altman, que lo comunicó en X, situando la modificación como una mejora de obediencia estilística y no como un cambio de modelo. Fecha del anuncio: 15 de noviembre de 2025.
Este detalle parece menor, pero tiene una lectura interesante. Muchas guías de “detección de IA” se apoyaban en señales blandas como la abundancia de em dashes o ciertos giros de conectores. Con esta actualización, esa pista pierde valor. Y, de paso, se refuerza una idea clave: la personalización del estilo en los asistentes de escritura no es cosmética; afecta a cómo percibimos la autoría y la naturalidad de lo que leemos.
En comparación con “versiones anteriores” de la experiencia, el beneficio es claro: menos fricción entre lo que pides y lo que obtienes, más control sobre el tono editorial y más coherencia entre piezas de un mismo medio o marca.
¿Por qué importa para redactores, editores y lectores?
En la práctica, esto permite a las redacciones fijar guías de estilo más estrictas: si un libro de estilo prohíbe la raya larga, el modelo se pliega a la norma. Para el lector, el efecto es sutil pero real: textos con ritmo más uniforme, sin esos cortes largos que, a veces, rompen la cadencia.
Por si fuera poco, la novedad desmonta una creencia popular: usar muchos em dashes no prueba que un texto lo haya escrito una IA. Puede hacerlo una persona. Y ahora, también puede dejar de hacerlo una IA si se le pide. En cambio, lo que sí refuerza es la necesidad de métricas más robustas para identificar la generación automática, lejos de los atajos de puntuación. Lo mejor es que esta mejora no exige pagar extra ni instalar nada: basta con ajustar las instrucciones personalizadas y listo.
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Añade en Instrucciones personalizadas una directriz clara: “No uses em dashes en ningún caso; utiliza comas o paréntesis”. Desde ahora, el modelo debe obedecerla.
OpenAI lo ha comunicado como un comportamiento general de cumplimiento de instrucciones de estilo. No se han detallado limitaciones por modelo en el anuncio público.
Ayuda a reducir tics comunes, pero no garantiza nada. La detección fiable no debería basarse solo en signos de puntuación.
Sí. Las instrucciones personalizadas admiten reglas de tono, estructura y puntuación. Este cambio refuerza que el modelo las respete mejor.
Pierden fiabilidad como señal aislada. La recomendación es usar métodos de procedencia y verificación contextual, no “tics” de estilo.



