Prepárate para pagar más por el mismo móvil. La memoria, ese componente que rara vez miramos y que sostiene todo lo que haces en el teléfono, se ha convertido en el nuevo cuello de botella. La demanda de los centros de datos de IA aprieta, Samsung toca precios al alza y el efecto dominó ya ha empezado. No es un susto pasajero: es una ola que llega primero a los chips y termina en la etiqueta del escaparate.
Por qué importa: la RAM es el nuevo campo de batalla
El mercado de memoria vive tensión en cadena. Entre septiembre y noviembre, Samsung ha aplicado incrementos de hasta el 60% en varios módulos DDR5, según distribuidores que vieron un salto, por ejemplo, de $139 a $239 en 32 GB. ¿El motivo? La compra masiva y a cualquier precio desde centros de datos de IA que buscan asegurar inventario. Cuando la oferta no acompaña, el coste sube… y no solo en servidores.
Ese “rally” de precios se filtra a consumo por una razón sencilla: los móviles de gama alta emplean memorias de la misma familia tecnológica (LPDDR5X, entre otras). Fabricar teléfonos con más RAM —y más rápida— deja de ser barato de la noche a la mañana. Ya hay señales: marcas chinas han reconocido ajustes al alza en lanzamientos recientes y los analistas hablan de un escenario de +20–30% interanual en flagships si la presión persiste. No es un caso aislado ni una cifra simbólica; es el coste de la RAM traducido a PVP.
En comparación con ciclos anteriores, la subida es más brusca y más rápida. Antes veíamos escaladas graduales ligadas a nodos de fabricación; ahora, la aceleración de la IA está reventando cualquier calendario. Si el año pasado el debate era “¿12 o 16 GB de RAM?”, ahora será “¿cuánto pagas por ellos?”.
Qué notarás como usuario: memoria más cara, decisiones más difíciles
Lo sentirás en dos frentes. Primero, en el precio de salida: ese tope de gama que esperabas por 999 € podría asomarse a 1.199–1.299 € si monta configuraciones altas de RAM. Segundo, en la estrategia de las marcas: más modelos base con menos RAM para mantener el precio “psicológico”, y escalones superiores con margen para quien quiera la versión “para años”. Por si fuera poco, la tentación de empaquetar IA en el dispositivo (traducción offline, edición de vídeo, resúmenes) empuja a pedir más memoria… justo cuando es más cara.
En cambio, no todo son malas noticias. Lo mejor es que la competencia entre proveedores puede amortiguar parte del golpe en 2026 si la producción se estabiliza. Y hay margen para optimizar software: capas más ligeras, swap más inteligente y aceleradores dedicados que consumen menos RAM para las mismas tareas. Aun así, la foto de corto plazo es tozuda: subida fuerte ahora, ajuste gradual después. Lo curioso es que esta vez el “culpable invisible” no es la pantalla ni el procesador; es la memoria, ese componente silencioso que rara vez protagoniza la presentación.
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FAQ — Subida de precios de RAM y móviles
Sí. Distribuidores reportan incrementos de hasta el 60% en ciertos módulos DDR5 entre septiembre y noviembre.
Sí. Las gamas altas usan memorias de la misma familia (como LPDDR5X), por lo que el aumento del coste del componente se traslada al PVP.
Escenarios de +20–30% interanual son plausibles si la escasez continúa y las marcas mantienen configuraciones altas de RAM.
El efecto ya se ve en lanzamientos recientes y podría intensificarse en 2026 si la demanda de IA sigue presionando el suministro.
Optar por versiones con menos RAM, esperar a ajustes de mercado o buscar modelos con optimización de software pueden mitigar el coste.



