Hace apenas unos meses hablábamos de cómo la IA se colaba en nuestras rutinas; hoy, ChatGPT da un paso natural: chats en grupo. Una función pensada para coordinar tareas, debatir ideas y, cuando haga falta, invocar a la IA para sumar contexto. No es un simple “añadir gente”: hay reglas, límites y hasta un nuevo comportamiento social del bot. Esto es lo que cambia en tu día a día digital.

Qué es y por qué importa

El objetivo es claro: llevar la potencia de ChatGPT a conversaciones compartidas sin romper el flujo humano. Puedes crear un grupo desde el icono de personas, invitar por enlace e incorporar hasta 20 miembros. Cada invitado genera una copia separada del chat para no “contaminar” el hilo original. Y sí, puedes mencionar a “ChatGPT” cuando quieras que participe; el resto del tiempo, la IA “escucha” y decide si calla o aporta, como un colega prudente. 

En el lanzamiento (14 de noviembre de 2025), los grupos llegan a usuarios conectados en planes Free, Go, Plus y Pro, con un despliegue inicial en Japón, Taiwán, Nueva Zelanda y Corea del Sur, y expansión posterior según feedback. Desde la barra lateral verás quién está dentro, podrás salir cuando quieras e incluso expulsar miembros (todos salvo el creador). Dato clave: los límites de uso se aplican a la persona a la que ChatGPT esté respondiendo, no a quienes solo conversan entre sí. 

Comparado con “compartir chat” de antes, esto añade estructura: perfiles con nombre/usuario/foto, enlaces de invitación y permisos básicos. Frente a rivales que integran bots en canales, aquí el enfoque es inverso: la IA se amolda a la dinámica del grupo, no al revés.  

Experiencia y valor para el usuario

En la práctica, el ritmo es más natural. Y sí, ahora es más rápido de lo que parece: ChatGPT usa 5.1 Auto para elegir el modelo óptimo según el prompt y tu plan, evitando respuestas de más. Puedes definir instrucciones por grupo —tono, objetivo, límites— para que la IA no se desvíe del guion del equipo. Por si fuera poco, hay reacciones con emojis y referencias a fotos de perfil para dar contexto social a la charla. 

Pero cuidado: la memoria personal está desactivada en los grupos y el bot no crea memorias a partir de esas conversaciones. La compañía también ajusta la exposición a contenido sensible si hay menores de 18 en el grupo, y promete controles más granulares en el futuro para decidir si (y cómo) la memoria entra en juego. Lo mejor es que todo encaja sin fricción: mencionas a “ChatGPT”, responde; no lo haces, sigue tu ritmo. Disponibilidad: web y móvil, con expansión por fases.

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