Hace poco más de un año, la Unión Europea activó el DMA con una promesa clara: más competencia, más opciones y, sobre todo, precios más bajos para los usuarios. Ahora, Apple llega a los tribunales europeos con un documento bajo el brazo que quiere cambiar la narrativa. Según su propio estudio, los cambios en la App Store no han tenido el efecto que Bruselas esperaba. El ahorro que imaginaban simplemente no ha existido para el consumidor final.
El estudio que Apple lleva ante la justicia europea
La discusión llega en un momento clave. Apple está recurriendo el DMA ante el Tribunal General de la Unión Europea. Alegan que las obligaciones no solo no benefician al usuario, sino que elevan sus costes de cumplimiento. También frenan innovaciones que, según la compañía, podrían haber llegado antes a los dispositivos del viejo continente.
El estudio presentado por Apple expone una conclusión directa: las rebajas en las comisiones no han supuesto una bajada en el precio de las apps ni de las suscripciones. Según los datos aportados, la compañía redujo el coste medio de las comisiones un 10 %. Esto supuso un ahorro acumulado de 20,1 millones de euros. Pero aquí llega la parte que más resaltan: el 86 % de ese ahorro terminó en manos de desarrolladores fuera de la UE, y no en el bolsillo de los usuarios.
Lo curioso es que, según Apple, el 90% de los desarrolladores mantuvo sus precios o los subió, dejando al consumidor exactamente igual —o peor— que antes de la implementación del DMA. Y en los casos donde sí hubo ajustes (un 9 % de las veces), fueron variaciones en la línea habitual de cualquier ciclo de actualizaciones. Así, no fueron consecuencia directa del nuevo marco legal.
Por si fuera poco, Apple señala que esto no es nuevo: asegura que en iniciativas anteriores donde redujo comisiones, el patrón fue exactamente el mismo. El beneficio económico rara vez se tradujo en una rebaja para el usuario final.
Cambios en la App Store, tensiones globales y un mercado más inquieto
Más allá del estudio, Apple recuerda que la UE obligó a permitir tiendas de terceros y métodos de pago externos. La empresa califica el movimiento de “costoso”, tanto a nivel técnico como de seguridad. Ese mismo argumento se refleja también en los cambios aplicados desde marzo de 2024. Desde entonces, los desarrolladores europeos pudieron adoptar condiciones alternativas con comisiones más bajas pero sujetas a nuevos costes, como el Core Technology Fee: una tarifa fija por cada instalación anual, inicialmente de 0,50 €.
A partir del 1 de enero de 2025, este esquema cambiará de nuevo. Apple aplicará una tarifa del 5%, sumada a un 2% de adquisición y un 13% por servicios de tienda en el caso de métodos de pago externos. En total, hasta un 20 % máximo. Aunque es muy lejos del tradicional 30%, es suficiente para que muchos desarrolladores cuestionen si el nuevo marco realmente compensa.
En el contexto global la tensión es similar. En Estados Unidos, Apple ha sido obligada judicialmente a permitir enlaces de pago externos y recuperar Fortnite. Aunque la compañía sigue defendiendo que debe cobrar una comisión incluso cuando no procesa el pago. En China, más de 55 consumidores han presentado una denuncia antimonopolio, ya que argumentan que Apple permite métodos alternativos en otros mercados, pero no en el suyo.
La sensación general es que el tablero regulatorio se está moviendo. Apple intenta adelantarse al próximo golpe. Presentar un estudio así en Bruselas no es casualidad. Es un mensaje claro de que, según ellos, el DMA no está logrando su objetivo más básico. Cómo se muestran las tarifas a los usuarios dentro de las apps. El tablero está lejos de definirse.
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FAQ – Preguntas frecuentes
Apple sostiene que las nuevas normas europeas no han reducido el precio final de las apps y que, en muchos casos, los desarrolladores mantienen o incrementan precios por costes adicionales (distribución, pagos, cumplimiento, soporte).
No necesariamente. El precio lo fija el desarrollador y los ahorros potenciales pueden diluirse por nuevas tasas, pasarelas de pago, gestión de fraudes y soporte, por lo que el usuario no siempre ve rebajas.
No de forma directa. Los cambios analizados se centran en la UE. En otros mercados se mantienen marcos comerciales distintos, por lo que precios y condiciones pueden variar según el país.
Apple mantiene su estructura de comisiones y, en el contexto europeo, introduce nuevos costes/condiciones ligados al uso de la plataforma y a opciones alternativas. El impacto final depende del modelo de cada app.
En el día a día, el comprador verá precios similares entre opciones y una mayor transparencia sobre quién procesa el pago. Para ahorrar, siguen siendo clave ofertas, planes anuales, bundles y pruebas gratuitas cuando existan.



