El pulso entre Apple y la Unión Europea ha vuelto a encenderse. Tras la entrada en vigor de las leyes digitales europeas, Bruselas acusa a la compañía de no proteger adecuadamente a sus usuarios y a los menores frente a fraudes y contenido dañino. Pero Cupertino no se ha quedado callada. Ha devuelto el golpe con una carta mordaz, acusando a la Comisión de hipocresía y de “crear los mismos riesgos que ahora critica”.
El nuevo frente: el Digital Services Act contra el modelo Apple
La Comisión Europea investiga si Apple está cumpliendo con el Digital Services Act (DSA). Esta es la ley que exige a las grandes tecnológicas “tomar medidas razonables” para proteger a los usuarios. Entre las sospechas, Bruselas apunta a que la App Store no implementa suficientes barreras contra estafas. Y que los menores no cuentan con garantías adecuadas de seguridad dentro del ecosistema Apple.
En una carta enviada por el vicepresidente legal de Apple, Kyle Andeer, la compañía defiende su historial en materia de seguridad y privacidad. Además, señala una contradicción de base:
“Nos resulta difícil conciliar estas preocupaciones bajo el DSA con la aplicación radical del DMA por parte de la Comisión, que ha socavado continuamente nuestra capacidad de proteger a los usuarios.”
Según Apple, la obligación impuesta por el Digital Markets Act (DMA) —que fuerza a la empresa a abrir iOS a tiendas de aplicaciones de terceros— debilita los controles de seguridad que la App Store había construido durante años. “El DMA nos obliga a permitir enlaces a webs y plataformas externas sin garantías significativas. Esto expone a los usuarios a fraudes que no podemos controlar”, afirma la misiva.
La compañía también denuncia que las normas europeas impiden aplicar herramientas de control parental más estrictas. Esto —según Apple— incrementa el riesgo para los menores en su ecosistema, justo lo contrario de lo que pretende la legislación.
Una guerra de palabras que revela un choque de filosofías
Este no es el primer encontronazo. Hace apenas semanas, ambas partes se vieron en los tribunales por el DMA. La UE acusa a Apple de “encerrar a los usuarios para obtener beneficios supernormales”, mientras que Apple defiende que las nuevas normas son “intrusivas y desproporcionadas”.
En su última carta, Apple ha ido más allá. Acusa directamente a la Comisión de intentar distraer la atención de los fallos de sus propias leyes. “La UE ha hecho la vista gorda ante abusos de desarrolladores que engañan a los usuarios, incluso a niños. Mientras tanto, nos exige abrir la puerta a esos mismos actores”, apuntó Andeer.
Más allá del cruce de acusaciones, lo que está en juego es el modelo de internet que la UE quiere construir. Este modelo es uno donde las grandes tecnológicas cedan control. Alternativamente, según sostiene Apple, esa apertura podría exponer a millones de usuarios a riesgos mayores.
Mientras tanto, la compañía mantiene su discurso habitual: defender la privacidad y seguridad como pilares irrenunciables, incluso si eso significa chocar frontalmente con los reguladores.
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