Una nueva regulación europea vuelve a tensar la relación entre Bruselas y Cupertino. Apple ha confirmado que el Apple Watch dejará de sincronizar redes Wi-Fi automáticamente desde el iPhone en los países de la Unión Europea. Esta es una decisión preventiva para evitar abrir su hardware a terceros. Lo que para el usuario parece un cambio menor, para la compañía es una cuestión de seguridad y privacidad.
Apple prefiere desactivar antes que ceder acceso
Con la llegada de iOS 26.2, Apple ha introducido una modificación que podría pasar desapercibida. Los relojes de la marca ya no recibirán las contraseñas Wi-Fi guardadas en el iPhone. En su lugar, los usuarios tendrán que conectar manualmente sus Apple Watch a las redes cuando el teléfono esté fuera de alcance.
¿Por qué hacerlo ahora? Según declaraciones de Apple a medios franceses, la medida responde directamente a las nuevas normas de interoperabilidad de la Unión Europea. Estas normas exigen que los fabricantes abran el acceso al hardware de sus dispositivos —incluido el chip Wi-Fi— a terceros antes de que acabe 2025.
Apple considera que este tipo de apertura pondría en riesgo la privacidad y seguridad de sus usuarios. Se expondría información sensible como el historial de redes, los puntos de acceso almacenados o incluso el contenido de notificaciones. En un comunicado anterior, la compañía fue tajante:
“Estas exigencias entregarían datos sensibles de los usuarios a empresas que viven de recolectarlos, creando un riesgo de seguridad inaceptable.”
Así, en lugar de cumplir parcialmente la orden europea, Apple ha optado por desactivar la función directamente dentro de sus sistemas para el territorio comunitario.
Una decisión con mensaje: privacidad por encima de la comodidad
En la práctica, el cambio no afectará drásticamente a la experiencia diaria del Apple Watch. El reloj podrá seguir conectándose a redes conocidas, pero no heredará automáticamente las nuevas redes detectadas por el iPhone.
Aun así, el gesto refleja el pulso constante entre Apple y la Comisión Europea. Desde la aprobación del Digital Markets Act, se ha obligado a la compañía a abrir su ecosistema. Estas aperturas van desde la instalación de tiendas alternativas hasta la carga USB-C.
Mientras tanto, Apple sigue trazando una línea roja: ningún ajuste que comprometa la privacidad.
La firma ha recordado que ya accedió a algunas peticiones, como permitir marketplaces externos en iOS 17.4. Sin embargo, no aceptará regulaciones que impliquen exposición de datos personales o control de hardware.
Aunque el impacto en los usuarios será limitado, esta decisión deja un mensaje claro. Apple está dispuesta a sacrificar pequeñas funciones si eso le permite mantener su modelo cerrado y su reputación como defensora de la privacidad digital.
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