Google vuelve a respirar en la carrera de la inteligencia artificial.

Tras meses a la sombra de ChatGPT, su modelo Gemini ha logrado triplicar su número de usuarios en apenas tres meses, impulsado por su herramienta de edición de imágenes “Nano Banana”.

Y ahora, con Gemini 3.0 en la línea de salida, la compañía parece más decidida que nunca a plantar cara a OpenAI… aunque la distancia todavía sea grande.

Gemini vuelve a poner a Google en el mapa de la IA

El anuncio llegó de la mano de Josh Woodward, responsable del proyecto Gemini: el uso mensual de la IA ha crecido un 44 %, pasando de 450 millones a 650 millones de usuarios.

Un salto que coincide con el lanzamiento de “Nano Banana”, nombre en clave del Gemini 2.5 Flash Image, una función que permite crear y editar imágenes mediante IA integrada en productos de Google como Fotos o Docs.

Este movimiento ha sido clave para que el gigante de Mountain View recupere relevancia en el sector, tras el tropiezo de su primer chatbot, Bard.

Mientras OpenAI consolidaba su dominio con ChatGPT, Google apostaba por integrar Gemini en todos sus servicios: desde Android hasta YouTube o Gmail.

El resultado ha sido una expansión silenciosa, pero efectiva.

Gemini ya procesa tres veces más peticiones que hace tres meses, y Google no piensa frenar.

La compañía está ampliando sus centros de datos en Europa y EE. UU., lo que incluso la ha llevado a retirar su compromiso energético de 2030 para priorizar la infraestructura de IA.

ChatGPT sigue lejos, pero Gemini prepara su gran salto

Aun con su crecimiento, ChatGPT mantiene una ventaja abismal.

Según estimaciones de analistas, el chatbot de OpenAI roza los 700 millones de usuarios semanales, frente a los 650 millones mensuales de Gemini.

La cuota global de mercado es demoledora: ChatGPT 81 %, Gemini apenas un 3 %.

Pero Google no está fuera del partido.

Con Gemini 3.0, la empresa quiere refinar la conversación natural, mejorar la generación de código y potenciar las capacidades visuales, un área en la que Nano Banana ha demostrado su valor.

Además, se espera una integración total con Android 16 y el ecosistema Pixel, para que la IA sea parte del sistema y no una app aparte.

Lo curioso es que Gemini ha pasado de ser la reacción a ChatGPT a convertirse en su alternativa más consistente.

A diferencia de modelos como Anthropic o Perplexity, que dependen de alianzas, Google tiene la ventaja de controlar el hardware, los servicios y los datos.

Eso le da margen para evolucionar Gemini a un ritmo sostenido, aunque más lento.

En la práctica, Gemini 3.0 promete ser el punto de inflexión: la versión que podría cerrar la brecha con su rival y consolidar a Google como el segundo gran pilar de la IA generativa.

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