Google acaba de recibir un golpe legal que podría cambiar el futuro de Android. El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha rechazado su petición para frenar el fallo que favorece a Epic Games, y el reloj ya corre: en menos de tres semanas, la compañía deberá abrir su ecosistema y permitir sistemas de pago alternativos, enlaces externos y más libertad para los desarrolladores.

En agosto, Epic Games volvió a ganar su histórica batalla contra Google, logrando una sentencia que obligaba al gigante a romper su monopolio en la Play Store. Desde entonces, la compañía había pedido una prórroga al Tribunal Supremo, con la esperanza de frenar los cambios hasta una apelación definitiva.

Pero el Supremo ha dicho no.

Esto significa que, antes del 22 de octubre de 2025, Google deberá cumplir una lista de exigencias que reconfiguran su negocio móvil:

  • Permitir pagos externos dentro de las apps sin comisiones ni “pantallas de miedo”.
  • Autorizar enlaces directos a descargas externas fuera del Play Store.
  • Evitar acuerdos exclusivos con fabricantes o desarrolladores.
  • Permitir precios independientes fijados por cada app.

Si no cumple, estará en violación directa de la orden judicial, con consecuencias legales y económicas.

La decisión marca un precedente inédito en el mundo Android. Hasta ahora, Google había defendido su sistema cerrado bajo el argumento de “seguridad y experiencia del usuario”. Pero el Supremo ha dejado claro que la competencia también forma parte de la libertad digital.

Una victoria para Epic, una cuenta atrás para Google

Desde su guerra con Apple en 2020, Epic Games lleva años intentando derribar las comisiones del 30% que dominan las tiendas móviles. Su CEO, Tim Sweeney, celebró la decisión en redes con un mensaje claro:

“A partir del 22 de octubre, los desarrolladores podrán dirigir a los usuarios de Google Play a métodos de pago sin comisiones, igual que en iOS en EE. UU.”

Google, por su parte, mantiene un tono cauteloso. En declaraciones a The Verge, la compañía asegura que “cumplirá con sus obligaciones legales”, aunque advierte que las nuevas normas podrían “poner en riesgo la seguridad de los usuarios al descargar apps externas”.

El escenario es complejo: mientras prepara su apelación ante el Supremo antes del 27 de octubre, Google deberá demostrar que puede cumplir el fallo sin comprometer la experiencia Android. El juez James Donato, que emitió la orden original, ha citado a ambas partes el 30 de octubre para verificar el cumplimiento.

Por primera vez, la plataforma más usada del planeta se enfrenta a la obligación de ser realmente abierta, y el desenlace podría redefinir cómo entendemos el ecosistema móvil.

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