Durante el fin de semana, los foros de gaming ardieron con un rumor explosivo: Microsoft habría cancelado su nueva consola Xbox para centrarse en la nube. Las redes se llenaron de teorías sobre el fin del hardware de Redmond. Sin embargo, la compañía ha salido al paso con un mensaje claro: la próxima generación de Xbox sigue viva y en desarrollo.
Microsoft corta los rumores: “Estamos invirtiendo activamente en nuestras futuras consolas”
No es la primera vez que se especula con la salida de Microsoft del negocio de consolas. Desde hace años, algunos analistas apuntan a una estrategia más centrada en Game Pass y juego en la nube, siguiendo el camino de SEGA tras su salida del hardware. Pero esta vez, la situación escaló rápido: un leaker afirmó que el desarrollo de la sucesora de las Xbox Series X|S había sido cancelado “de la noche a la mañana”.
La respuesta de Microsoft no tardó. En declaraciones enviadas a Windows Central, la compañía zanjó la polémica:
“Estamos invirtiendo activamente en nuestras futuras consolas y dispositivos propios, diseñados, desarrollados y fabricados por Xbox”.
El comunicado remite además al acuerdo multianual con AMD, anunciado en junio, para el desarrollo de los chips que darán vida a la próxima generación. Un gesto que, lejos de apuntar a una retirada, reafirma el compromiso de Redmond con el hardware de alto rendimiento.
Por si fuera poco, el contexto no ayudaba: la semana anterior Microsoft había subido el precio de Xbox Game Pass Ultimate hasta 29,99 dólares, lo que desató el enfado de muchos usuarios. Y en algunos países, las consolas Series X|S también habían sufrido incrementos de precio.
Aun así, todo indica que la estrategia de hardware continúa su curso. El objetivo parece claro: mantener una consola potente y retrocompatible, al mismo tiempo que se expande el ecosistema Xbox en televisores, portátiles y hasta coches.
¿Qué podemos esperar de la próxima Xbox?
Aunque no hay detalles oficiales, los documentos filtrados en los últimos meses apuntan a que Microsoft prepara tanto una nueva sobremesa como un modelo portátil, ambos con arquitectura AMD de última generación.
El enfoque sería híbrido: máximo rendimiento local combinado con integración total en la nube, un paso más allá de la actual experiencia con Game Pass y Cloud Gaming.
En palabras de la propia Microsoft, el futuro de la marca es “jugar en cualquier lugar, pero con un alma Xbox en cada dispositivo”. Esa frase resume el rumbo que Redmond ha tomado: no abandonar las consolas, sino extender su ADN a todos los formatos posibles.
Por ahora, la incógnita está en el calendario. La alianza con AMD sugiere que el nuevo hardware aún se encuentra en fase de diseño y validación de chips, lo que deja entrever una presentación no antes de 2026, posiblemente acompañada de un rediseño profundo del ecosistema Xbox.
Lo que está claro es que Microsoft no ha tirado la toalla. La próxima generación sigue viva, aunque su concepto podría ser más flexible y conectado que nunca.
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