Hace apenas unas semanas, el iPhone 17 Pro y Pro Max llegaban al mercado con el chip más potente de Apple, un sistema de refrigeración mejorado y la promesa de jugar a títulos AAA sin compromisos. Pero junto a los elogios por su rendimiento, también han surgido críticas: primero por los arañazos en el nuevo marco de aluminio, y ahora, por un detalle mucho más cotidiano y visible para cualquiera que use la cámara.

El flash cambiado de sitio y el efecto inesperado

Apple decidió mover el flash LED del iPhone 17 Pro y Pro Max fuera del clásico módulo de cámaras. En lugar de colocarlo junto a los sensores, ahora vive en el extremo opuesto del chasis. La intención era mejorar la estética y reducir reflejos indeseados en las lentes.

Varios usuarios, entre ellos el creador @marcustechnology, han señalado que al grabar con flash, aparece una sombra extraña sobre el sujeto, como si la iluminación viniera desde una esquina. Esto no ocurre en generaciones anteriores, donde la luz estaba perfectamente alineada con las lentes.

En palabras de este creador: “Es como si alguien sujetara una linterna desde el lado. Y sí, es molesto”. Un fallo aparentemente menor, pero que golpea justo en uno de los puntos fuertes del iPhone: la experiencia fotográfica y de vídeo.

¿Un cambio de diseño con consecuencias perjudiciales?

La experiencia práctica es sencilla: grabas un vídeo con flash en un entorno oscuro y la escena no se ve tan uniforme como esperarías de un iPhone de más de 1.099 euros. En vez de una iluminación equilibrada, la sombra genera la sensación de un foco lateral, lo que puede arruinar tomas rápidas, especialmente en primeros planos.

No hay confirmación de Apple sobre si planea ajustar este comportamiento vía software, aunque la naturaleza del fallo es más ligada al diseño físico que a una actualización.

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