La próxima Xbox de Microsoft (refiriéndonos a consola de sobremesa y no a la ROG Xbox Ally) podría convertirse en el primer gran salto hacia un sistema de consola abierto, capaz de ejecutar juegos de tiendas de PC como Steam y GOG.
¿Consola o PC de salón?
Según una filtración del conocido usuario KeplerL2 en NeoGAF, la nuevo Xbox estaría impulsada por la APU AMD Magnus, diseñada para mover desde consolas tradicionales hasta PCs con sello Xbox. La idea sería permitir que, además de títulos de la Xbox Store, los jugadores puedan instalar y ejecutar juegos de Steam y GOG a través de una máquina virtual integrada.
Esto supondría un cambio de paradigma: una consola que no solo rivaliza con PlayStation 6, sino que también se mete de lleno en el terreno del gaming en PC. Por ahora, se comenta que solo la versión “consola” del hardware mantendría la retrocompatibilidad total con juegos antiguos de Xbox, algo que podría marcar diferencia frente a Sony.
Pero no todo es tan simple. En el modelo clásico, Microsoft obtiene cerca de un 30% de cada juego vendido en su tienda, al igual que Sony y Nintendo. Si los usuarios compran en Steam o GOG, esos ingresos se desvían a otras compañías. Y ahí es donde surge el gran dilema.
¿Más libertad… pero pagando el doble?
El propio KeplerL2 asegura que el verdadero reto no es técnico ni legal, sino económico. Microsoft suele vender consolas casi a precio de coste y recupera margen con juegos y suscripciones. Si pierde ese 30% habitual, tendría que subir el precio del hardware para compensar.
Algunos rumores apuntan a que esta Xbox “abierto” podría llegar a costar casi el doble que una PS6, lo que lo colocaría en un terreno arriesgado: mucha libertad para el usuario, pero con una barrera de entrada importante.
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