La primera vez que encendimos la Asus ROG Xbox Ally X sentimos que estábamos ante algo especial. No solo por lo ligera que se siente en las manos o por la calidad de sus gatillos y joysticks, sino porque Asus parece decidida a coronarse en el terreno de las consolas portátiles. Y ojo, que no hablamos de un gadget cualquiera: esta máquina llega de la mano de Microsoft, con ADN Xbox y potencia de PC.
En la presentación oficial pudimos probarla y confirmar lo que ya se venía rumoreando: la transición entre el modo Windows y el modo juego es instantánea, algo que deja en evidencia a la mismísima Steam Deck.
¿Qué trae de nuevo la Asus ROG Xbox Ally X?
Lo primero es lo primero: el corazón de la máquina. El modelo base, la ROG Xbox Ally, monta un procesador AMD Ryzen Z2 A con arquitectura Zen 2, cuatro núcleos y ocho hilos, acompañado de gráficos RDNA 2 con ocho unidades de ejecución. Viene con 16 GB de RAM LPDDR5X-6400, un SSD de 512 GB y batería de 60 Wh. Suficiente músculo para ejecutar títulos actuales con soltura, aunque contrasta demasiado con la versión X de la consola.
Ahora bien, la auténtica estrella es la ROG Xbox Ally X, el modelo vitaminado que Asus ha sacado para los que quieren lo último. Esta versión asciende hasta un procesador AMD Ryzen AI Z2 Extreme basado en Zen 5, con ocho núcleos y 16 hilos, y gráficos integrados RDNA 3.5 con 16 unidades de ejecución. La guinda es la incorporación de una NPU dedicada para acelerar tareas de inteligencia artificial, un añadido futurista que empieza a convertirse en estándar en PCs de gama alta (y también consolas).
La Ally X también se lleva el premio en memoria y almacenamiento: su edición tope de gama alcanza 24 GB de RAM LPDDR5X-8000 y 1 TB de NVMe M.2. Y como no todo es potencia, Asus ha escuchado a los jugadores que pedían más autonomía: la batería sube a 80 Wh, lo que promete partidas maratonianas sin vivir pegado al enchufe.
Lo curioso es que, a pesar de esta artillería, la consola sigue sintiéndose ligera y cómoda. Los botones responden con firmeza, los gatillos tienen buen recorrido (aunque sin el modo dual que sí vimos en el mando ROG Raikiri II Xbox) y la pantalla ofrece un nivel de nitidez que sorprende para su tamaño.
¿Y qué pasa con el diseño? Más puertos, menos líos de cables
Aquí viene un detalle que muchos pasan por alto, pero que hace la vida más fácil al jugador. En la parte trasera de la ROG Xbox Ally X Asus ha colocado una conectividad de primera: dos puertos USB-C, un jack de audio de 3,5 mm y una ranura para tarjetas microSD.
Este set de conexiones es más importante de lo que parece. Los dos USB-C permiten cargar y, al mismo tiempo, conectar accesorios o incluso un monitor externo. En la práctica, significa que puedes transformar la consola en un mini-PC de sobremesa con solo enchufarla a una pantalla. El jack de auriculares es un salvavidas para quienes no quieren lidiar con la mínima latencia del Bluetooth, especialmente en shooters o juegos competitivos. Y la ranura microSD te da margen para ampliar el almacenamiento sin abrir la máquina, sobretodo considerando que cada vez hay más títulos que pesan más de 100 GB.
¿Estamos ante la rival más seria de la Steam Deck?
La comparación es inevitable. La Steam Deck se había posicionado como la referencia en consolas portátiles con alma de PC, pero Asus ha sabido detectar sus puntos débiles: autonomía, facilidad para alternar entre juego y escritorio, y potencia bruta. En esas tres casillas, la Ally X parece marcar la diferencia.
Además, el respaldo de Microsoft le da un plus interesante. Tener lo que se traduce como una Xbox portátil con integración directa con Windows y Game Pass es un gancho difícil de ignorar. En cambio, Valve confía en su ecosistema, pero sigue dependiendo de ajustes manuales y compatibilidad parcial para algunos títulos.
En el mercado, las opciones como la Lenovo Legion Go o la Ayaneo 2S ofrecen propuestas atractivas, pero ninguna con el mismo equilibrio entre potencia, batería y soporte oficial que la Asus ROG Xbox Ally X.
Lo que sí falta es el dato más importante: el precio. Asus todavía no ha querido soltar la cifra final, lo que asegura que el hype perdura. Se espera que tanto la Ally como la Ally X lleguen este otoño, con disponibilidad global y dos colores a elegir. Si bien no dejan de ser especulaciones, el conocido leaker Billbil ha filtrado los posibles precios de ambas versiones.
Estos precios seguramente se traduzcan en 599,99€ para el modelo base y 949,99€ para la versión X cuando aterricen en España.
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