¿De qué sirve un móvil de más de 2.000 euros si no puedes ni cambiarle la batería? El nuevo Samsung Galaxy Z Fold7, aclamado por su diseño ultrafino y su pantalla flexible, acaba de recibir un varapalo monumental por parte de iFixit, la web especializada en desmontajes y reparaciones.

Según su último teardown, el nuevo plegable coreano no solo es más difícil de abrir que una lata sin anilla, sino que repararlo roza lo imposible. Y ojo, que ni siquiera viene con piezas de recambio oficiales.

Samsung, ¿qué estás haciendo?

Aunque Samsung presume de haber creado el foldable más delgado y potente hasta la fecha, la jugada no les ha salido tan redonda. Según iFixit, la batería del Z Fold7 está tan pegada que solo se puede retirar con disolvente, ya que las lengüetas de extracción simplemente no funcionan bien.

En comparación, modelos recientes como el Galaxy S25 Ultra permitían una retirada más limpia y rápida. Aquí, en cambio, el proceso es un suplicio. Además, quitar la pantalla secundaria es una odisea, ya que el adhesivo que utiliza Samsung es extremadamente resistente incluso al calor.

Y eso no es todo: la pantalla plegable interior, uno de los mayores atractivos del dispositivo, está protegida por un marco de plástico que hay que desmontar con mucho cuidado, ya que cualquier fallo puede dañar el panel flexible. Un mal movimiento… y adiós pantalla (y mira que la externa también dijimos que va a costar un dineral).

Otros elementos que contribuyen a su baja reparabilidad

Para colmo dentro de todas las mejoras con su predecesor, Samsung no ofrece manuales de reparación ni piezas de repuesto, lo que ha provocado que iFixit le dé un 3 sobre 10 en reparabilidad.

Disponible en negro, azul, gris y verde, este móvil ya se vende desde 2.109 euros en España. Pero si se rompe, prepara la cartera… o la paciencia.

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