Ubisoft ha sido señalada por el movimiento Stop Killing Games tras descubrirse una polémica condición en su EULA (acuerdo de licencia de usuario final). Esta disposición pide a los usuarios que destruyan todas las copias de un juego si se termina la licencia, incluso si fue comprado legalmente.

El caso de The Crew y el auge del movimiento Stop Killing Games

La controversia comenzó en 2024 cuando Ubisoft retiró The Crew de todas las tiendas digitales, revocó licencias y cerró sus servidores, dejando el juego completamente inutilizable. Esta acción, lejos de ser un caso aislado, se ha convertido en un símbolo de una práctica empresarial que muchos consideran abusiva.

El movimiento Stop Killing Games surgió como respuesta directa a estas decisiones. Su objetivo: defender el derecho de los consumidores a seguir utilizando los productos digitales que han comprado, incluso cuando las empresas decidan retirarlos del mercado.

Los EULAs, a menudo aceptados sin leer, contienen cláusulas que protegen legalmente a las compañías ante caídas de servidores o posibles usos no autorizados. Sin embargo, la frase incluida en los acuerdos de Ubisoft ha llamado especialmente la atención:

«Al terminarse la licencia, debe desinstalar y destruir todas las copias del producto en su posesión.»

Este tipo de lenguaje no es exclusivo de Ubisoft. Otras compañías también han incluido condiciones similares, como se ha visto en Oblivion Remastered. No obstante, el impacto es mayor en juegos que dependen de servidores para funcionar, lo que convierte la «propiedad digital» en un concepto cada vez más frágil.

¿Tienen los jugadores derecho a conservar lo que compran?

El debate de fondo gira en torno a la conservación de los videojuegos como productos culturales y como propiedad de quienes los compran. Stop Killing Games propone que las empresas liberen el código o permitan servidores de terceros una vez suspendido el soporte oficial. Esto permitiría a las comunidades mantener vivos los títulos sin depender de las decisiones corporativas.

Hasta ahora, la industria ha rechazado estas peticiones. La organización Video Games Europe, que representa a grandes editoras como Ubisoft y Microsoft, sostiene que mantener control sobre los servidores es esencial para la seguridad y para evitar posibles responsabilidades legales.

Una polémica que podría cambiar hábitos de consumo

Aunque todavía no hay cambios legislativos, el movimiento ha conseguido más de un millón de firmas. Su mayor logro hasta ahora es visibilizar una práctica común que muchos jugadores desconocen. Y con ello, provocar que se piense dos veces antes de aceptar un EULA o comprar un juego que depende totalmente de servidores externos.

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