Un reciente estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha abierto un debate crucial sobre el impacto de la inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, en la salud cognitiva humana. Bajo el título «Your Brain on ChatGPT: Accumulation of Cognitive Debt when Using an AI Assistant for Essay Writing Task«, la investigación señala que apoyarse habitualmente en asistentes de IA puede llevar a una disminución de la actividad cerebral, afectando tanto el pensamiento crítico como la creatividad.
Efectos del uso excesivo de ChatGPT: disminución cognitiva y sesgos
El estudio, que aún no ha pasado revisión por pares, refuerza los hallazgos previos de una investigación comisionada por Microsoft en abril, que advertía sobre la merma en la capacidad crítica derivada del uso constante de modelos generativos.
Según los datos recopilados, las personas que utilizaron ChatGPT para redactar ensayos mostraron una menor capacidad de análisis, menor cuestionamiento del contenido generado y mayor susceptibilidad al sesgo de confirmación. Este fenómeno, que favorece la exposición a ideas afines y limita el diálogo con puntos de vista divergentes, puede propiciar una polarización ideológica más acentuada, además de sentimientos de aislamiento.
Cómo se realizó el experimento del MIT
El estudio se basó en una muestra de 54 personas de entre 18 y 39 años, divididas en tres grupos. El primero utilizó IA generativa (como ChatGPT o Gemini) para redactar un ensayo. El segundo recurrió únicamente a buscadores, y el tercero no tuvo acceso a herramientas externas. En una segunda fase, todos debían realizar una tarea sin apoyo de tecnología.
El resultado fue esclarecedor: el grupo que empleó la IA inicialmente mostró frustración, menor desempeño y menor activación cerebral durante la segunda fase. Esto sugiere una pérdida temporal, o incluso sostenida, de la capacidad cognitiva asociada a tareas intelectuales complejas.
¿Una nueva forma de deuda cognitiva?
Los autores del estudio introducen el concepto de «deuda cognitiva acumulativa», una analogía con la deuda técnica en programación. El uso continuado de IA para resolver tareas intelectuales parecería atrofiar gradualmente las funciones cerebrales asociadas a la reflexión, el análisis y la creatividad.
Aunque se requieren estudios a largo plazo y revisiones externas, las primeras señales invitan a la precaución. De confirmarse, estaríamos ante un fenómeno con implicaciones profundas para la educación, la comunicación y la autonomía mental.
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