La palabra “bancarrota” suele sonar a final abrupto, pero en el caso de iRobot el mensaje es muy distinto. El creador de Roomba atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia, sí, pero lejos de cerrar la persiana, la compañía se prepara para un reinicio profundo que busca devolverla a la relevancia en un mercado donde la competencia ya no da tregua.
Una bancarrota para seguir con vida
La situación financiera de iRobot llevaba meses bajo presión. Tras el fracaso de su venta a Amazon y una larga etapa de pérdidas, la compañía se ha acogido a un proceso de bancarrota pactada que le permite seguir operando sin interrupciones.
El movimiento clave es su venta a Picea Robotics, el fabricante chino que llevaba años produciendo los Roomba y que, además, se había convertido en su principal acreedor. iRobot deja de cotizar en bolsa, pero la marca, los productos y el equipo siguen activos.
La promesa: “Roomba no se va a ninguna parte”
El mensaje interno es claro:
no habrá apagón de servicios, ni abandono de usuarios, ni desaparición de la marca.
La empresa mantiene:
- su sede en Boston
- el equipo de ingeniería y software
- el soporte a los Roomba actuales
- la hoja de ruta de productos
Para los millones de hogares con un robot aspirador de la marca, la continuidad está garantizada.
Picea Robotics, el socio que ya lo hacía todo
Aunque el cambio de propiedad pueda sonar drástico, en la práctica iRobot ya dependía en gran medida de Picea.
El fabricante fue clave en el lanzamiento de la última gran renovación de la gama, que introdujo por fin:
- navegación LiDAR
- robots combinados de aspirado y fregado
- diseños más competitivos frente a marcas chinas
El objetivo ahora es acelerar ese proceso y cerrar definitivamente la brecha tecnológica que iRobot arrastraba desde hace años.
El error que casi hunde a la marca
Uno de los grandes lastres históricos de iRobot fue insistir demasiado tiempo en su propia visión técnica.
Mientras el mercado pedía rapidez, mapas precisos y funciones combinadas, la compañía apostó por enfoques más complejos que no llegaron a madurar a tiempo.
El resultado fue claro: productos más lentos de evolucionar en un mercado donde los rivales iteran a velocidad extrema. El nuevo iRobot quiere ser más pragmático y menos dogmático.
Qué esperar a partir de ahora
El plan pasa por lanzar nuevos Roomba en 2026, ya con una integración mucho más estrecha entre diseño, fabricación y software.
La ambición va más allá del aspirado:
- robots domésticos
- cuidado del hogar
- incluso productos para exteriores
Nada está confirmado, pero el mensaje es inequívoco: la bancarrota no es un punto final, sino un botón de reinicio.
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FAQ
No, serguirá operando con normalidad.
Picea Robotics, su fabricante y principal acreedor.
Sí, soporte y servicios continúan.
Sí, la próxima generación está prevista para 2026.
Fracaso de la venta a Amazon y pérdida de competitividad frente a rivales.



