Las gafas inteligentes prometen ser el siguiente gran salto de la computación personal, pero arrastran un enemigo silencioso: la batería. Apple lo sabe bien y, según las últimas pistas técnicas, la compañía estaría dispuesta a romper una de sus propias reglas para solucionarlo. La clave no estaría en un chip de iPhone, sino en una arquitectura mucho más eficiente que ya conoce muy bien.  

El problema real no es la potencia, es la autonomía

El mayor obstáculo para unas Apple Smart Glasses independientes no es el rendimiento bruto, sino la duración de la batería.

Un chip de iPhone ofrece potencia de sobra, pero su consumo limitaría la autonomía a pocas horas, algo inaceptable para un dispositivo que se lleva puesto todo el día.

Para unas gafas ligeras, con una batería previsiblemente por debajo de los 800 mAh, Apple necesita una solución radicalmente distinta. 

La alternativa: un chip heredado del Apple Watch

Aquí entra en juego una opción inesperada: un SiP similar al del Apple Watch, concretamente una arquitectura comparable al S10.

Este tipo de chip ofrece:

  • consumo ultrabajo
  • integración extrema de componentes
  • potencia suficiente para tareas de IA ligera
  • eficiencia probada durante jornadas completas

Aunque no se acerca al rendimiento de un A19, sí podría igualar a generaciones antiguas de chips de iPhone, pero con una fracción del consumo energético. 

Cámaras, IA y Siri… pero con límites

El planteamiento no busca convertir las gafas en un iPhone flotante.

La idea sería ofrecer:

  • múltiples cámaras para captura contextual
  • funciones de IA para reconocimiento y asistencia
  • control por voz mediante Siri

Gran parte del procesamiento pesado se realizaría cuando las gafas estén conectadas a un iPhone o un Mac, descargando así el consumo local y alargando la autonomía. 

Dos generaciones, dos enfoques

Los planes apuntan a un despliegue escalonado:

  • Primera generación (2026)
    • sin pantalla
    • dependiente de iPhone o Mac
    • centrada en audio, cámaras e IA contextual
  • Segunda generación (2027)
    • mayor independencia
    • más potencia
    • posible evolución del chip

Este enfoque permitiría a Apple introducir el producto sin comprometer peso, comodidad ni autonomía. 

Apple vuelve a priorizar eficiencia sobre fuerza bruta

Este movimiento encaja con una filosofía que Apple ya ha aplicado antes: usar el chip adecuado, no el más potente.

En un wearable, la eficiencia energética es la verdadera moneda de cambio, y un SoC de iPhone simplemente juega en otra liga.

Si el rumor se confirma, las Apple Smart Glasses serían más reloj que teléfono… y eso podría ser justo lo que necesitan para triunfar.  

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FAQ

¿Usarán las Apple Smart Glasses un chip de iPhone?

Todo apunta a que no, por motivos de consumo energético.

¿Qué tipo de chip se plantea?

Una arquitectura similar a la del Apple Watch, muy eficiente.

¿Tendrán IA y cámaras?

Sí, con parte del procesamiento delegado a un iPhone o Mac.

¿Cuándo llegarían?

La primera generación se situaría en 2026.

¿Serán totalmente independientes?

No al principio; la independencia total llegaría más adelante.