Hace apenas unos meses hablábamos del salto que supuso Wi-Fi 7 en ancho de banda y velocidad bruta.
Sin embargo, mientras la mayoría de hogares aún se pregunta si merece la pena actualizar el router, TP-Link ya ha completado con éxito las primeras pruebas de Wi-Fi 8.
La nueva generación no busca batir récords de megabits por segundo. En cambio, busca conquistar lo que todavía se le resiste a las redes inalámbricas: una conexión estable, predecible y sin interferencias.
Wi-Fi 8: el salto hacia la “Ultra-Reliability”
TP-Link ha confirmado que sus primeros prototipos de Wi-Fi 8 ya funcionan en laboratorio y que la tecnología apunta a un cambio de enfoque.
En lugar de priorizar las velocidades máximas, Wi-Fi 8 (802.11bn) pone el acento en la fiabilidad extrema. Ofrece conexiones más consistentes, menor latencia y una cobertura más uniforme en espacios amplios.
La compañía lo denomina Ultra-Reliable Wireless —una filosofía más que una especificación—. Está pensada para reducir la frustración cotidiana: cortes breves, retardos en videollamadas o juegos online y pérdidas de señal cuando varios dispositivos saturan la red.
Según la documentación interna, Wi-Fi 8 pretende minimizar la interferencia con tecnologías cercanas como Bluetooth, Zigbee o UWB. Todas ellas son habituales en móviles y dispositivos IoT.
El objetivo es que el hogar conectado pueda manejar decenas de aparatos simultáneos sin que la red se derrumbe.
Aunque TP-Link no ha ofrecido aún cifras de transferencia, sí deja claro que este estándar irá más allá del rendimiento bruto de Wi-Fi 7. Se trata de hacer que cada bit llegue de forma más predecible, incluso en entornos saturados.
Más allá de la velocidad: cobertura y consistencia
En la práctica, Wi-Fi 8 debería traducirse en menor latencia, mayor alcance y roaming más suave cuando te mueves por casa.
Imagina pasar del salón al dormitorio durante una videollamada sin ese microcorte habitual: ese es el tipo de experiencia que busca esta nueva era inalámbrica.
Además, el nuevo estándar está diseñado para soportar un mayor número de dispositivos simultáneos. Esto es clave para hogares inteligentes y oficinas híbridas. También ofrece un rendimiento estable incluso en zonas alejadas del router principal.
De momento, TP-Link mantiene la cautela: las pruebas son puramente experimentales, y no se espera un lanzamiento comercial hasta dentro de varios años.
Pero el mensaje es claro: mientras los usuarios empiezan a adoptar Wi-Fi 7, la industria ya está escribiendo el siguiente capítulo de la conectividad doméstica.
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