El nuevo Apple Watch llega con una función estrella: la detección de hipertensión. Apple presume de avances en salud digital, pero la propia validación de la compañía revela un detalle inquietante: el reloj solo identifica correctamente a menos de la mitad de los usuarios con presión alta. ¿Es realmente fiable?
Un vistazo a cómo funciona la detección de presión en el Apple Watch para la hipertensión
Apple no habla de una medición exacta, como haría un tensiómetro con brazalete, sino de un sistema de cribado. El reloj utiliza algoritmos entrenados con más de 3.200 voluntarios, validados en casi 3.900 y probados en otros 2.200 participantes. El resultado no muestra cifras concretas de presión arterial, sino que lanza una alerta de posible hipertensión cuando detecta patrones sospechosos.
El problema está en los números: la sensibilidad (capacidad de detectar a quienes sí tienen hipertensión) es solo del 41,2%, lo que significa que más de la mitad de los casos pasan inadvertidos. En cambio, la especificidad alcanza el 92,3%, lo que reduce falsos positivos, pero también limita el alcance de la herramienta.
En términos sencillos: el Apple Watch acierta más al decirte que estás sano que al avisarte de que algo va mal. Para un usuario confiado, esto puede generar una peligrosa falsa sensación de seguridad.

Apple apuesta por la salud digital, pero la fiabilidad sigue en debate
La inclusión de esta función en el Apple Watch Series 11 y futuros modelos responde a la estrategia de Apple de convertir su reloj en un aliado médico. Sin embargo, la baja sensibilidad plantea dudas frente a dispositivos especializados de marcas como Omron o tensiómetros clásicos, que siguen siendo la referencia clínica.
Lo positivo es que un falso positivo solo conduce a una comprobación con un tensiómetro convencional, algo inofensivo y barato. Pero un falso negativo (cuando el reloj no detecta hipertensión en alguien que la padece) sí puede ser peligroso, al retrasar un diagnóstico real.
Por ahora, Apple ha obtenido la aprobación de la FDA en EE.UU., lo que le da legitimidad regulatoria. El reloj se venderá en los colores habituales de la gama, con precios desde 449 € para el modelo básico y disponibilidad inmediata en tiendas y online.
El Apple Watch da un paso adelante en salud digital, pero todavía no sustituye al tensiómetro de toda la vida. Su función de cribado puede ser útil como aviso, siempre que los usuarios entiendan sus limitaciones. En definitiva, un buen complemento, pero no un reemplazo médico.
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