Cuando todos pensaban que iba a estrellarse, Samsung ha vuelto a dar un golpe sobre la mesa. Su Galaxy S25 Edge, criticado por su batería pequeña y diseño delgadísimo, ha vendido la friolera de 650.000 unidades en un solo mes. Un giro inesperado que ha pillado desprevenidos a los que vaticinaban un desastre comercial.

Este modelo, lanzado en mayo de 2025, ha desafiado a sus detractores demostrando que la estética, cuando se combina con buen rendimiento, puede ser suficiente para conquistar bolsillos.

¿Un móvil con batería corta y aún así triunfa?

Sí, y no solo ha triunfado: ha obligado a Samsung a cambiar su estrategia. Mientras muchos consumidores siguen priorizando baterías grandes, el Galaxy S25 Edge ha apostado por ser ultradelgado y ofrecer una experiencia premium, aunque eso signifique sacrificar algo de autonomía.

Según filtraciones de @UniverseIce, el modelo vendió 650.000 unidades en junio, tras su debut en mayo. A pesar de contar con una batería más modesta, su diseño elegante, pantalla envolvente y rendimiento fluido lo convirtieron en un objeto de deseo. Frente a sus hermanos, el S25+ (3,85 millones de unidades) y el S25 Ultra (9,64 millones), este Edge brilla por ser el “tapado” de la gama.

Además, la gama Galaxy S25 completa ha vendido 22 millones de unidades, un 12% más que la serie S24. Un éxito total que calla bocas.

¿Y ahora qué? Samsung planea más modelos “Edge”

Ante el éxito inesperado, Samsung ya está moviendo fichas: el Galaxy S26 Edge tomará el relevo del modelo Plus el próximo año. Se rumorea que traerá cámara de 200 MP, batería de 4.200 mAh con carga rápida de 45W, y un chip Exynos de 2nm para los modelos Edge y Pro.

¿Será suficiente para repetir el milagro? Lo sabremos pronto. Por ahora, el S25 Edge ya ha marcado un antes y un después.

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