Samsung planea resolver una de las principales críticas a su línea Galaxy S con la llegada del Galaxy S26, que incorporará dos mejoras clave en batería: una carcasa metálica “SUS CAN” y un nuevo sistema de circuitos de protección con tecnología EMC, según fuentes coreanas. La idea es clara: más autonomía y mayor seguridad térmica.

La marca surcoreana ha cerrado un acuerdo con ITM Semiconductor, una firma especializada en módulos de protección, para integrar estas mejoras en sus futuros terminales. El movimiento podría darle a Samsung una ventaja en un terreno donde competidores como OnePlus y Nothing ya utilizan tecnologías más agresivas como las baterías de silicio-carbono.

Protección más inteligente y baterías más grandes

La tecnología EMC (Epoxy Molding Compound) emplea una capa de polímeros que no solo bloquea la humedad y las interferencias electromagnéticas, sino que ayuda a disipar el calor, uno de los grandes enemigos de la duración y seguridad de las baterías.

Gracias a esta innovación, Samsung podría incrementar la capacidad de batería en la gama S26 sin aumentar el tamaño del terminal. Los rumores apuntan a un posible salto de los 5.000 mAh del Galaxy S25 Ultra a 5.500 mAh en el S26 Ultra, una mejora del 10%. Aunque todavía lejos de los 7.000 mAh que se esperan en el OnePlus 15, supone un paso en la dirección correcta para la marca.

La serie Galaxy S26 se presentará previsiblemente a inicios de 2026. No se han confirmado los colores ni las regiones de distribución, pero se espera una estrategia global. Aunque no adopta aún baterías de silicio-carbono, Samsung apuesta por un enfoque más conservador, pero eficiente, en el apartado energético.

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